El primer miércoles de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Mental Materna, con la finalidad de sensibilizar a la población mundial acerca de la importancia de prevenir, detectar y ofrecer tratamiento a los trastornos mentales durante el embarazo, parto y postparto. Y en torno a este día diferentes organismos de salud han desarrollado jornadas de educación, prevención y visibilización durante la semana.

La salud mental influye en las relaciones sociales y en el bienestar emocional. Cuidarla resulta fundamental para alcanzar la serenidad y la calidad de vida que todos buscamos
Durante la gestación, la salud mental materna puede afectar directamente tanto a la propia madre como al bebé. El estrés, la ansiedad y la depresión no solo tienen consecuencia en la salud física de la madre, se ha demostrado que también puede influir en el desarrollo del feto y en el propio proceso de parto.
Las mujeres que experimentan altos niveles de estrés durante el embarazo tienen un mayor riesgo de complicaciones, como partos prematuros o bebés con bajo peso al nacer. Además, las mujeres que reciben apoyo para manejar el estrés y la ansiedad tienden a presentar una adecuada salud mental materna y, con ello, embarazos más saludables.
Es importante no solo brindar a las mujeres en embarazo y en etapa de posparto atención médica, sino también ofrecer un espacio seguro para que las mujeres expresen sus preocupaciones y miedos, así como proporcionar información sobre técnicas de afrontamiento y autocuidado.
Vale la pena realizar una evaluación temprana de salud mental materna desde las primeras consultas prenatales para identificar factores de riesgo y problemas emocionales en etapas iniciales y crear un ambiente de confianza donde las mujeres se sientan cómodas hablando de sus emociones, miedos y preocupaciones sin temor a ser juzgadas.
Podríamos decir que no es de extrañar que ante tanto cambio y presión la madre se sienta presionada al punto de llegar a ciertos comportamientos, pero si es importante que tanto la misma madre como su pareja, familiares, amigos o personal encargado de su cuidado y acompañamiento estén atentos a los siguientes síntomas, características y manifestaciones:
- Cambios y alteraciones en el estado de ánimo.
- Emociones y sentimientos de tristeza, ansiedad y desesperanza.
- Episodios de llanto frecuentes.
- Pérdida del apetito y del sueño.
- Descuido en el aseo personal diario.
Algunos de los factores que pueden incidir en alterar su estabilidad mental son:
- Fatiga y cansancio.
- Falta de sueño.
- Cambios hormonales.
- Idealización de la maternidad.
- Experiencias traumáticas pasadas.
- Conflictos familiares.
- Antecedentes familiares o personales de trastornos mentales.
- Pérdida de un hijo.
Es innegable la importancia del autocuidado y fomentar en esta etapa hábitos saludables como
- Alimentarse de una manera sana y balanceada.
- Caminar o hacer ejercicios de bajo impacto.
- Dormir bien y tomar siestas cuando el bebé duerme.
- Evitar estar sola en el hogar.
- Pedir ayuda y apoyo a la pareja, familiares y amigos.
- Unirse a algún grupo de apoyo para madres primerizas.
- Manejar técnicas de relajación, mindfulness y técnicas de afrontamiento del estrés
Un punto que consideramos importante es mantener a mano y de manera organizada todos los elementos necesarios para el bienestar de la madre y para el cuidado del bebé; muebles organizadores, herramientas de ayuda en la lactancia como el cojín especializado, el cojín materno para brindarle buenas posturas y suficiente apoyo al descansar, etc son medidas que se pueden tomar para afrontar de manera relajada las nuevas tareas que se aproximan.